El uso de control biológico y ecológico debe ir en ascenso debido al incremento en el número de plagas resistentes a los insecticidas, contaminación del medio ambiente y el incremento de las regulaciones que prohíben el uso de productos químicos.
La mayoría de las plagas tienen varios enemigos naturales, los cuales, se pueden clasificar en tres grandes grupos: parásitos, depredadores y patógenos. Estos son los agentes usados en el control biológico y son el recurso fundamental del cual depende el éxito. Así, depredadores, parasitoides y patógenos actúan como agentes de control natural que, cuando son adecuadamente manejados, pueden determinar la regulación de población. Se clasifican como:
La mayoría de las plagas tienen varios enemigos naturales, los cuales, se pueden clasificar en tres grandes grupos: parásitos, depredadores y patógenos. Estos son los agentes usados en el control biológico y son el recurso fundamental del cual depende el éxito. Así, depredadores, parasitoides y patógenos actúan como agentes de control natural que, cuando son adecuadamente manejados, pueden determinar la regulación de población. Se clasifican como:
1. Los parasitoides son aquellos insectos entomófagos cuyo desarrollo tiene lugar sobre o dentro de otro insecto fitófago (parásitos externos o internos); comiéndose vivo al insecto plaga. Normalmente sólo son parásitos en sus estados inmaduros, mientras que en su forma adulta son de vida libre. Ejercen un papel muy importante en el control de plagas.
2. Los depredadores son insectos o ácaros que capturan y se alimentan de otros insectos y ácaros fitófagos plaga. Difieren de los parasitoides porque atacan a varias presas durante su vida.
3. Los entomopatógenos son microorganismos (bacterias, hongos, virus, nematodos y protozoos) que producen enfermedades mortales a los insectos al penetrar en la especie plaga a través del tubo digestivo o del tegumento. Son los únicos que no buscan de forma activa a sus presas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario